Dentro del programa del plan de voluntariado y de la conmemoración del décimo aniversario de l’Horta del Rajolar, a lo largo de este 2025 se celebrarán varias actividades con los objetivos de: consolidar una participación activa y transformadora, que con impacto significativo sobre nuestro entorno sea a la vez, motivo de satisfacción, orgullo y arraigo hacia nuestro ámbito.
La primera de estas actividades ha sido la formación con una charla y un taller práctico en bioingenieria de la mano de Albert Sorolla Edo, como director técnico de la empresa Naturalea y especialista en la materia. Con más de 600 proyectos desarrollados a lo largo de su trayectoria es un pionero y referente en la restauración del paisaje y el desarrollo de soluciones basadas en la natura.
La Bioingenieria del paisaje es: una disciplina constructiva que persigue objetivos técnicos, ecológicos, estéticos y económicos, utilizando sobre todo materiales vivos como entonces, plantas, partes de plantas y comunidades vegetales, solo o en combinación con materiales inertes como piedra, tierra, madera, hierro o acero, como elementos constructivos. H. M. Schiechteln.
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Con ámbitos de actuación muy diversos, que comprenden desde la restauración del medio natural hasta el diseño de áreas urbanas, esta formación se encaró principalmente en torno a las soluciones vinculadas al aprovechamiento y la mejora de las infraestructuras hidráulicas existentes. En Betxí concretamente, ya que tiene un perímetro urbano repleto de fincas agrícolas y zonas industriales, algunas de ellas abandonadas, y con ciertos riesgos de inundación y nivel de peligrosidad. Las soluciones aprendidas podrían ayudar a reducir los efectos de las crecidas, reducir el coste de mantenimiento de las infraestructuras, mejorar el diseño y el desarrollo de nuevas zonas urbanas en consonancia con la gestión y mejora de la calidad de las aguas.
Concretamente, las soluciones propuestas en las acequias, que además de facilitar la distribución y el drenaje de agua del territorio, su patrimonio, paisaje y biodiversidad, pueden mejorar la calidad del agua y del aire convirtiéndose en refugio climático para multitud de especies. El soterramiento habitual de estas infraestructuras hidráulicas dificulta su mantenimiento y encarece la resolución de incidencias. Estas soluciones innovadoras, que además plantean la adaptación al cambio climático, a la escasez de recursos hídricos y a la torrencialidad de los episodios de lluvia, son la alternativa. Y además, disminuyen el estrés, promocionan la actividad física, mejoran el sistema inmunitario y la resiliencia, la cohesión social (menos conflictividad), y en definitiva aumenten la calidad y la esperanza de vida.
Con las intervenciones didácticas en l’Horta del Rajolar, además del estudio y seguimiento de las diferentes soluciones empleadas (fagines, deflectores, herbazales de hidrófitas, filtros de graba, entramados de madera…) se pretende mejorar la calidad del agua que devuelve en el río. Además, estos ámbitos diferentes generarán escenarios con características diversas, que multiplicarán las funciones y los beneficios ecosistémicos y la biodiversidad del entorno.
Se trataba, por lo tanto, de incorporar el ámbito de la acequia como un espacio productivo y lleno de vida más. El trabajo colectivo ha hecho que el grupo de las voluntarias participantes pueda mantener cierto vínculo emocional con las diferentes soluciones, y que en el futuro se acerquen despertadas por la curiosidad a hacer su seguimiento. Esto permite establecer aquí su refugio o un pequeño espacio nuevo fuera de las dinámicas urbanas cotidianas desde el cual acercarse, relacionarse y cuidar el agua.
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